viernes, 2 de octubre de 2009

De definiciones y fustigación.

La Real Academia dice: verborrea. 1. f. coloq. Verbosidad excesiva. Verbosidad. (Del lat. verbosĭtas, -ātis). 1. f. Abundancia de palabras en la elocución.

De todos es sabido que desde que era pequeñita siempre tuve un problema de comunicación. De demasiada comunicación. Decir que adoro hablar sería quedarse corto. Tengo por costumbre mantener largas, extensas, eternas conversaciones con los demás. Y en el caso de que mi interlocutor decida no continuarlas, cambio a los monólogos en un santiamén.
Este mal vicio de charlar sin parar, puede traer muchos problemas...
Es causa de mi insomnio, pues mis mejores conversaciones tienen lugar con un café delante.
Va de la mano de mi tabaquismo; hablar en petit comité exige unos cigarrillos.
Originó mi declive académico, por no decir hundimiento, en ciertos momentos.

Y para colmo, cuando tu boca empieza a ser más rápida que tu cerebro, justo en el instante que la verborrea para a ser un vómito de palabras que hace tu vida vox populi, descubres que en realidad la mejor definición para tu problema quizás sea otra...
La Real Academia dice: bocazas. (Del aum. de boca). 1. com. coloq. Persona que habla más de lo que aconseja la discreción.




Propósito para este nuevo curso: dejar la verborrea a un lado, ser menos bocazas.

Propósito para este nuevo curso: comprar otro diccionario.

viernes, 4 de septiembre de 2009

De cuando me fui de Erasmus

Tras meses de decisiones y papeleos, hace un par de días por fin hice las maletas. Fue muy difícil tratar de encajarlo todo en algo tan pequeño, realmente difícil meter todo lo que necesitaría el próximo año en escasas dimensiones. Pero esto es como jugar al tetris, con un poco de ingenio y las piezas adecuadas se consigue.

Lo primero es lo primero, ropa para cualquier inclemencia del tiempo. Ya sea para una tromba de agua, un huracán, la nevada del siglo o un sol abrasador. Que no se me olvide un calzado cómodo para recorrer toda la ciudad. Y, por supuesto, la guía turística y de idioma básico.

Cada vez queda menos espacio, pero empujando un poco todavía entra toda la ilusión que me llevo para el viaje y las ganas de aprender. En este bolsillito me entran los recuerdos que necesitaré para todo este tiempo. Y en este otro me entran las sonrisas y la morriña.

Lo bueno de esta maleta es que dejaré todas esas cosas a la vuelta; lo bueno es que sólo pienso traerla cargada de nuevas experiencias, historias que contar, anécdotas y de un montón de "os he echado de menos".

Lo bueno de que os halláis ido tantos, es que yo también me voy con cada uno de vosotros. Lo malo... ya lo sabéis...





jueves, 23 de abril de 2009

Cuando me hice mayor


Fue hace no mucho tiempo, justo antes de cumplir los veintiuno.

Me desperté con una borágine de pensamientos en mi cabeza. Me desperecé y los fui ordenando poco a poco... Muchos eran tonterías, recuerdos sin sentido o ideas poco ortodoxas. Pero uno de ellos parecía llamar a gritos mi atención.

Era un pensamiento que llevaba ya mucho tiempo rondándome. Una idea que había esquivado durante los últimos años con gran destreza...


Tenía que hacerme mayor.


Ya era hora de madurar y dejar de lado las responsabilidades infantiles para hacerme cargo de responsabilidades reales.

Llegó la hora de cambiar los cuentos y libros de colorear por manuales y ensayos.

De dejar en herencia las muñecas y peluches a quienes están en edad de disfrutarlos.

De abandonar las buenas costumbres del pan con chocolate y dejarme seducir por la cafeína y la comida sana.

De olvidar las pompas de jabón y preocuparme por otro tipo de burbujas especulativas.

De, al fin y al cabo, asumir que hay un punto en el que cumples una edad que no va con ciertas cosas. Asumir que tienes que empezar a hacerte cargo de unas responsabilidades mayores.

Asumir que Peter Pan no existe.

Asumir que soy mayor y, que una cosa no quita lo otro, puedo seguir siendo una niña...

jueves, 19 de febrero de 2009

Bohemios

Término que se aplica a todo aquel que se aparta de las convenciones y de las normas establecidas. Más bien referido a los artistas.
A quienes llevaban una vida distinta, saliéndose de los moldes que había creado la sociedad.

¿Y qué pasa por desbordarse y salir fuera?

Nunca está de más vivir una etapa así en tu vida.

Ya sea en un café parisino escribiendo poesía entre la neblina de mi tabaco.
O quizás paseando en la Ciudad Eterna envuelta en la antigüedad de lo contemporáneo.
También podría ser entre el resplandor en la hierba de las praderas irlandesas.
E incluso aquí encerrada en los amplios dominios de mi cálido edredón...



Sea donde fuere...

¡Seamos bohemios!

lunes, 2 de febrero de 2009

Chicha



1. coloquial. Conversación desarrollada a raíz de una pregunta intimidatoria, investigadora o sugerente en un ambiente cargado de cafeína y humo de tabaco.



2. coloquial. Hace referencia a los secretos, confidencias y confianzas surgidas entre un grupo de chicas cualesquiera; pero siempre con aires de guerreras.



3. adj. Animosa, alegre, feliz, extasiada, emocionada, sonriente, unida.



4. pron. personal. Vosotras

lunes, 19 de enero de 2009

Amor, ¿química o realidad?



Recuerdo una vez en que me dijeron cómo lo sabría.
El tiempo se pararía para mí, todo a mi alrededor parecería banal, pues yo sólo tendría ojos para una persona. Es el momento en el que empiezas a sudar, sientes palpitaciones, te ruborizas y sientes un cosquilleo en el estómago.
Es entonces cuando se te escapa una risa como una exhalación y mil mariquitas te recorren el cuerpo… es amor.

O quizás es algo más científico conocido como química.
Una serie de descargas neuronales y hormonales aliñadas con ácidos, gases y olores. Una revolución interna protagonizada por la feniletilamina que hace que lo racional se convierta en irracional, la prudencia en torpeza y la serenidad en nerviosismo.
Es una droga natural; una anfetamina que da lugar a los arrebatos sentimentales. Impulso y oleaje químico. Miedo, orgullo, celos, ardor, amor…

El amor es una atracción bioquímica que pierde todos sus efectos en dos o tres años. La locura de la pasión se desvanece y es entonces cuando, si acaso diste en el clavo, te habitúas a un amor más sosegado que genera endorfinas. Una dosis diaria de narcóticos que viene dada por los lazos que nos unen a la persona que entraba en nuestro esquema mental de “ideal a quién amar”.


Por eso, señoras y señores, y teniendo en cuenta cómo se suceden las cosas hoy día; no me queda más que afirmar que la idea romántica de amor no existe.


O quizás será que yo no me drogo.

martes, 16 de diciembre de 2008


Siente como el ritmo corre por tu cuerpo.

Agárrate y déjate llevar.


Cuando estás de mierda hasta el cuello
lo único que te queda es... ¡bailar!