Recuerdo una vez en que me dijeron cómo lo sabría.
El tiempo se pararía para mí, todo a mi alrededor parecería banal, pues yo sólo tendría ojos para una persona. Es el momento en el que empiezas a sudar, sientes palpitaciones, te ruborizas y sientes un cosquilleo en el estómago.
Es entonces cuando se te escapa una risa como una exhalación y mil mariquitas te recorren el cuerpo… es amor.
O quizás es algo más científico conocido como química.
El tiempo se pararía para mí, todo a mi alrededor parecería banal, pues yo sólo tendría ojos para una persona. Es el momento en el que empiezas a sudar, sientes palpitaciones, te ruborizas y sientes un cosquilleo en el estómago.
Es entonces cuando se te escapa una risa como una exhalación y mil mariquitas te recorren el cuerpo… es amor.
O quizás es algo más científico conocido como química.
Una serie de descargas neuronales y hormonales aliñadas con ácidos, gases y olores. Una revolución interna protagonizada por la feniletilamina que hace que lo racional se convierta en irracional, la prudencia en torpeza y la serenidad en nerviosismo.
Es una droga natural; una anfetamina que da lugar a los arrebatos sentimentales. Impulso y oleaje químico. Miedo, orgullo, celos, ardor, amor…
El amor es una atracción bioquímica que pierde todos sus efectos en dos o tres años. La locura de la pasión se desvanece y es entonces cuando, si acaso diste en el clavo, te habitúas a un amor más sosegado que genera endorfinas. Una dosis diaria de narcóticos que viene dada por los lazos que nos unen a la persona que entraba en nuestro esquema mental de “ideal a quién amar”.
Por eso, señoras y señores, y teniendo en cuenta cómo se suceden las cosas hoy día; no me queda más que afirmar que la idea romántica de amor no existe.
O quizás será que yo no me drogo.
Es una droga natural; una anfetamina que da lugar a los arrebatos sentimentales. Impulso y oleaje químico. Miedo, orgullo, celos, ardor, amor…
El amor es una atracción bioquímica que pierde todos sus efectos en dos o tres años. La locura de la pasión se desvanece y es entonces cuando, si acaso diste en el clavo, te habitúas a un amor más sosegado que genera endorfinas. Una dosis diaria de narcóticos que viene dada por los lazos que nos unen a la persona que entraba en nuestro esquema mental de “ideal a quién amar”.
Por eso, señoras y señores, y teniendo en cuenta cómo se suceden las cosas hoy día; no me queda más que afirmar que la idea romántica de amor no existe.
O quizás será que yo no me drogo.
4 comentarios:
Como te escuche Ali te va a decir: abre las puertas al amor!!
Yo creo que sobre este tema ya dije todo lo que tenia que decir ayer en nuestra laaarga charla sobre la vida. No es que yo sea una cosecha de buenas experiencias, pero siempre que pienso que el amor no existe me fijo en mis padres.
Quizas nosotras tengamos suerte y despues de esa oleada de droga hayamos dado en el clavo
Drogate!!
Ya sabes mi teoría sobre el tema, jaja, que cuiriosamente se acerca mucho a la tuya y poco al resto...
Un beso!!
Y a ver si hablamos yaaaaaaaaaaaaa...
Efectivamente Carmen, abre las puertas al amor... jajaja Me da igual que lo llaméis amor, química o leches en vinagre (este último es un buen nombre seguro xD). Por eso yo digo que el amor si existe. Yo lo llamo amor, tú y Aran.. ¿reacciones químicas? jaja pero al fin y al cabo hablamos de lo mismo, es la misma esencia.
Además, que lo que queréis es ir de duras y conmigo no cuela :p
Abrid las puertas al amor!! (o a la química)
Un beso :)
No CREO que exista el amor, y no ESPERO que exista. Esperemos que tengas razon.
Publicar un comentario